El sida en los
medios de comunicación
Análisis comparativo de El País, La Vanguardia y The New York Times en los 20 años de historia de la enfermedad (1981-2001)
El
estudio que se presenta a continuación ayuda a conocer mejor cuál ha sido la
representación que del VIH/sida ha tenido, y sigue teniendo, nuestra sociedad.
Ayuda también a vislumbrar la situación en la que nos encontramos actualmente,
en la que se tiende a una disminución en cuanto al número de noticias sobre
sida en los medios.
The following study is aimed to better know the
HIV/AIDS representation in our society both in the past and nowadays. It also
helps us to see the current situation, where the trend is an increase of the
number of articles about AIDS in the media.
En los 20 años de historia del sida, los medios de
comunicación han desempeñado un papel clave, tanto por su función informativa
como por generar o reforzar distintos estados de opinión. El estudio de los 20
años de la historia del sida –con la detección de los «picos informativos» más
representativos, los tópicos sobre los que se centra la información y los
actores y las fuentes que van sucediéndose en la prensa– ayudará a comprender
mejor la situación en la que nos encontramos actualmente, y esperamos que sea
de utilidad para mejorar la comunicación y conocer la evolución social respecto
al sida.
El periodista científico J. Strazzula (1993) afirma
que la epidemia representa algo más que una enfermedad, el sida es un fenómeno
mediático: los medios «revelaron» al mundo la existencia de esta patología y
también los medios han sido decisivos en la propia historia de la enfermedad.
Se han realizado diversas investigaciones acerca del
sida en los medios de comunicación españoles (M. Martín, 2002; J.A. Blanco et al., 1995; A. Tuñón, 1994; M.A.
Martínez, 1994, 1995; J. Rodríguez, 1990, etc.) y extranjeros (Dearing y
Rogers, 1992; G. Jarlbro, 1991; A.J. Baker, 1986, etc.) que abarcan diferentes
períodos y medios de comunicación, principalmente prensa escrita y televisión.
Sin embargo, hasta ahora no se ha realizado un estudio tan extenso y tan
completo como el que presentamos hoy.
Nuestra investigación ha consistido en un
análisis comparativo longitudinal de la información periodística publicada
sobre el sida, desde las primeras informaciones públicas (1981) hasta la
actualidad (2001), en tres diarios generalistas representantes cada uno de
ellos de: la prensa norteamericana con mayor influencia internacional (The New York Times), prensa española de
gran difusión (El País) y prensa cuyo
ámbito de influencia se centra mayoritariamente en Cataluña (La Vanguardia). En algunas etapas del
análisis se ha incorporado también el estudio de El Mundo (en concreto, para el análisis del suplemento Salud) y otros diarios de gran difusión
en España, tales como el ABC y El Periódico de Catalunya.
El estudio
consta de las siguientes fases:
1) las primeras informaciones
2) evolución cronológica y etapas en la evolución del sida en la prensa
3) el impacto mediático de las Conferencias Mundiales sobre el sida
4) los suplementos especializados en comparación con la información
diaria, y
5) la situación actual
Para el estudio
de las primeras informaciones se ha tomado como punto de partida el primer
artículo sobre el sida publicado en The
New York Times (NYT) el 3 de
julio de 1981. A partir de esta fecha, se ha buscado la primera noticia en los
diarios seleccionados (El País y La Vanguardia), y se ha efectuado una
cata de un mes por año, desde 1981 hasta 1986. Es decir, se han recopilado las
noticias aparecidas en los diarios seleccionados de julio de 1981, agosto de
1982, setiembre de 1983, octubre de 1984, noviembre de 1985 y diciembre de
1986. Se ha realizado un análisis comparativo, consistente en el estudio de las
fuentes de información, los distintos componentes del mensaje, la relación
entre la información y la interpretación o la opinión, los distintos grupos de
actores que se presentan en estas primeras informaciones y cuál es la visión
que se ofrece de ellos.
En el estudio evolutivo se han analizado las
noticias resultantes de una cata que ha consistido en escoger un mismo mes a intervalos
de tres años, desde octubre de 1983 hasta octubre del 2001, esto es, los meses
de octubre de 1983, 1986, 1989, 1992, 1995 y 2001. El estudio de las primeras
noticias, y también estudios de otros autores, revelan que a partir de 1983 la
frecuencia de noticias sobre el sida es continua. Se ha seleccionado como
muestra el mes de octubre precisamente por ser un mes en el que no ocurre
evento especial ninguno, como puede ser el Día Mundial del Sida (el día 1 de
diciembre) o las Conferencias Internacionales (que se celebran los meses de
junio o julio), ni tampoco coincide con períodos vacacionales. Nos ha
interesado ver la presencia del tema sida en un momento en el que, a priori, nada especial determinaría su
presencia en los medios.
En cuanto al análisis de adecuación de las
noticias generadas por la prensa diaria y el lema de las Conferencias
Mundiales, se han analizado las noticias derivadas de la Conferencia de 1998 en
Ginebra y la del 2000 en Durban.
La comparación entre la información contenida
en las páginas del suplemento y las del diario generalista se ha efectuado a
partir del suplemento Salud del
diario El Mundo comparado con las
páginas interiores del mismo diario. Para ello se ha seleccionado
aleatoriamente un período de un mes (en concreto, octubre de 1992).
Por último, la situación actual de la
presencia del sida en los medios de comunicación, la hemos analizado a partir
de los datos procedentes del Informe
Quiral del año 2001 (VV.AA., 2002), que incluye los cinco diarios de mayor
difusión en España: ABC, El Mundo, El País, El Periódico y La Vanguardia.
Proceso
de datos
En la recopilación de las noticias y en la
entrada de datos han intervenido dos personas. La información se ha obtenido de
las hemerotecas de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad
Autónoma de Barcelona, del Archivo Municipal de Barcelona y de la Escuela de
Periodismo de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
Cada unidad de información ha sido codificada dentro
de un conjunto de categorías diseñado para poder localizar lo más relevante de
cada unidad (Krippendorf, 1980; Bardin, 1986). Las noticias se han codificado
atendiendo a las siguientes variables: Título, fecha, diario, autor, sección,
tema principal, actor principal, fuentes, léxico y soporte gráfico.
Primeras noticias
sobre el sida
Partimos de la primera noticia publicada en el NYT del 3 de julio de 1981, en la que el
periodista científico L.K. Altman habla de un extraño tipo de cáncer
diagnosticado a homosexuales y detectado en las ciudades de Nueva York y San
Francisco. Aunque la prensa española, como la de otros países, está
influenciada por los temas que marcan las agendas del NYT (Dearing y Rogers, 1992),
hasta el 21 de agosto de 1982 El País
no publicó su primera noticia, y La
Vanguardia no lo hizo hasta el 16 de enero de 1983. En Francia, Le Monde, Liberation o Figaro no publicaron nada acerca del
sida hasta enero de 1982 (Strazzula, 1993).
Primeras noticias en
La Vanguardia
Se han revisado todos los días de este diario
desde julio de 1981 y no ha sido posible encontrar ninguna referencia expresa
del sida hasta enero de 1983.
A destacar la noticia de agencia del 2 de
octubre de 1981 con el titular «El Vaticano condena la homosexualidad en su
primer documento específico sobre esta materia», o la del día 6 de octubre de
1982, titulada «Enfermedades contagiosas, fantasmas incontrolados», en la que
no se hace mención del sida y en cambio se inicia la noticia en los siguientes
términos:
«Las
enfermedades llamadas contagiosas ya no figuran en Europa en los titulares de
los periódicos y nadie teme ya los estragos que podrían desencadenar. Los
grandes patronos de la medicina dicen que son “pestes vencidas”... // ...
Parece ser, pues, que el peligro epidémico ha sido atajado.»
En realidad, en el artículo se advierte de
que no se ha de bajar la guardia ante las enfermedades contagiosas y resalta el
desequilibrio y las carencias sanitarias del tercer mundo. Pero no se habla del
sida.
La primera noticia que La Vanguardia publica acerca del sida es la del 16 de enero de
1983, poco tiempo después de haberse creado una sección específica de ciencia
en el diario. La noticia lleva por título «AIDS: una nueva y enigmática
enfermedad» y la firma A. Salgado del Complejo Hospitalario de la Vall
d'Hebron, adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona. Se publicó con
fotografía y a cinco columnas en la sección de ciencia de dicho periódico.
Resalta el carácter enigmático de la enfermedad, todavía sin traducir al
castellano. Describe los grupos de riesgo, los conocidos como las cuatro H y también los hijos de
familiares que padecen la enfermedad o participan de los factores que
predisponen a ella. Habla de una mortalidad elevada, de la alteración de los
linfocitos T, de las transfusiones de sangre, y termina la noticia dejando en
el aire preguntas sin respuesta acerca de por qué la aparición repentina de
esta enfermedad y su relación con un cáncer de por sí ya poco habitual. Se
trata de una noticia con un elevado contenido clínico e informativo.
En los primeros años, 1983 y 1984, la
atención se centra casi exclusivamente en la etiología del virus, su
propagación entre los grupos de riesgo, con abundantes datos epidemiológicos
del número de enfermos, fallecidos y previsiones a corto plazo.
La Vanguardia supera a El País en cuanto a número de noticias
publicadas sobre el sida en noviembre de 1985. Este periódico publica un suplemento dedicado a las
enfermedades infecciosas cuya portada lleva el título «De la peste al sida», el
domingo 3 de noviembre de 1985. El profesor de Historia de la Medicina de la
Universidad de Barcelona, José Mª Calbet, en su artículo «Las grandes
epidemias» hace un repaso histórico de las principales enfermedades infecciosas
que han afectado a Occidente hasta nuestros días con la epidemia del sida.
Guillem Verger escribe «Sida: la última compañera», un extenso artículo
acompañado de tres fotografías, un gráfico y tres tablas con datos sobre la
extensión de la enfermedad en Estados Unidos, Europa y España. En este
suplemento, la enfermedad queda caracterizada en un marco de inquietud y miedo.
También en 1985 aparecen reacciones sociales
ante el sida. En un artículo de opinión, una comisión ciudadana trata de evitar
alarmismos y reclama de las instancias públicas mayores actuaciones en cuanto a
prevención. Dentro del ámbito social, La
Vanguardia dedica dos noticias a la polémica, mencionada ya en NYT, acerca del posible contagio de
profesionales del mundo del espectáculo, con titulares como: «Peligran los
besos de verdad» o «Sida un beso de cine».
El sida aparece en las secciones de
espectáculos y televisión, con motivo del testamento de Rock Hudson, el estreno
del primer film sobre el sida, Buddies,
o la proyección de Early Frost
telefilme de la cadena americana NBC sobre el sida.
Asimismo, se han encontrado referencias al
sida en noticias cuyo tema principal no es propiamente la epidemia, sino otros
como por ejemplo la hepatitis B, la demanda de sangre para transfusiones o las
enfermedades de transmisión sexual en un suplemento Salud del sábado 2 de
noviembre de 1985. La sección que contiene más información de la epidemia del
sida ha sido la de sociedad, seguida por la de suplementos.
Primeras noticias en
El País
De la revisión de este diario desde julio de
1981, destacamos el titular del 9 de setiembre de 1981, «Científicos
norteamericanos aíslan un virus en enfermos de leucemia», noticia de la agencia
Efe en la que se informa que el Dr. Robert Gallo y sus colaboradores han
aislado un retrovirus que ataca a las células T de enfermos de una forma de
leucemia inusual y muy agresiva. No se habla de sida todavía pero hace
referencia al primer retrovirus humano, el HTLV-I, aislado por el equipo de
Gallo en 1981.
La primera noticia aparecida en El País que habla de la epidemia del
sida es la que este medio publica el 21 de agosto de 1982. Su titular es «200
muertos en Estados Unidos por un mal desconocido». En ella se afirma que la
enfermedad ha sido llamada aids, y la
traducción que hacen al castellano es «síndrome de deficiencia inmunológica».
Se dice que es una enfermedad vírica que podría ser transmitida por la sangre y
que afecta a, textualmente, «hemofílicos, adictos a drogas duras
[heroinómanos], homosexuales y refugiados haitianos», es decir, los
identificados como las cuatro H.
El incremento en el número de noticias de
1985 es debido a que este medio destacó en portada de sus páginas Futuro el
tema del sida y en su interior dedicó cinco artículos al tema, reuniendo toda
la información disponible acerca de las últimas investigaciones, la etiología,
su propagación, la sintomatología, etc., con una marcada intención de
divulgación científica. La primera noticia es un artículo publicado en NYT, firmado por L.K. Altman sobre el
Congreso del Sida celebrado en África. Tres artículos están firmados por médicos,
jefes de Servicio de Medicina Interna e Inmunología de tres hospitales de
referencia de Madrid (Puerta de Hierro, La Princesa y Clínico San Carlos).
Coincide con La Vanguardia en los dos temas más frecuentes: la propagación de la
enfermedad y la actuación institucional. En los primeros años, 1983 y 1984, la
atención se centra casi exclusivamente en la etiología de la enfermedad y en su
expansión, con abundantes datos epidemiológicos y resalta la prevención como
única vía para combatir la enfermedad. En 1985, El País se hace eco de la reacción social ante la enfermedad y la
discriminación que suscita. Coincide con NYT
en la polémica que despierta el sida entre los actores profesionales, los
cuales temen ser contagiados al besar en escena por exigencias del guión. La
actuación sanitaria surge más tarde, hacia 1986, y a escala internacional a
través de los líderes políticos que piden intercambio de información. La
sección que contiene más información de la epidemia del sida ha sido la de
sociedad, seguida por la sección especial Futuro.
En ambos medios españoles, la mayoría de las fuentes
citadas en el período de estudio comprendido entre 1981 y 1986 son, en primer
lugar, de ámbito científico: declaraciones de investigadores, publicaciones en
prensa especializada o, congresos y voces de expertos clínicos o psicólogos; y,
en segundo lugar fuentes institucionales, gubernamentales, o de ámbito
supranacional (CDC, OMS, etc.).
Conclusiones y discusión de los resultados del análisis de las
primeras noticias
Retraso en la publicación de noticias acerca del sida
J.W. Dearing y E.M. Rogers (1992) hablan del
retraso en la publicación sobre el sida en NYT.
En efecto, su estudio acerca de la cobertura del sida en cuatro periódicos
estadounidenses pone de manifiesto que el primer artículo publicado en Estados
Unidos fue el del 5 de junio de 1981 en Los
Angeles Times, seguido por el de San
Francisco Chronicle al día siguiente. Estos autores atribuyen la falta de
cobertura de NYT a reticencias del
editor a publicar nada que tuviera que ver con la homosexualidad. No obstante,
según declaraciones de L.K. Altman, periodista científico de NYT , la demora vendría motivada por su
dedicación por cubrir los atentados del presidente Reagan y el papa Juan Pablo
II, y a un problema de salud que lo apartó por un tiempo de su profesión. Del
tema no se ocupó otro periodista por cuestiones de competitividad y
exclusividad profesional.
En el estudio citado, se afirma que NYT informa de manera poco completa los
primeros cuatro años. En cambio, más tarde el diario NYT sobrepasa al resto de medios en cuanto a cantidad y calidad de
noticias.
Otro estudio, realizado por A.J. Baker,
también destaca la lenta respuesta de los medios de comunicación ante la
epidemia del sida y los pocos artículos publicados en NYT los años 1981 y 1982, en comparación con los 128 de 1983. En el
período de estudio, de 1981 hasta marzo de 1984, NYT dedicó dos portadas al tema del sida, una de ellas con motivo
del anuncio del Departamento de Sanidad estadounidense de que el sida era el
problema de mayor prioridad, y otra en el momento que los científicos descubren
la causa de la enfermedad. Un editorial de mayo de 1983, titulado «The scourge
of a new disease», caracteriza a la Administración Reagan de apática y reclama
más recursos para encontrar tratamientos eficaces. Hasta el 25 de mayo de 1983
no sale en primera plana nada relativo a la epidemia del sida (Dearing y
Rogers, 1992). En opinión de A.J. Baker (1986), el público, la Administración y
los medios de comunicación no hicieron del sida un problema social hasta que
este no trascendió a toda la sociedad.
Influencia de NYT sobre otros medios
El impacto del sida en NYT no está en función de su contenido, sino en la credibilidad que
este medio tiene en los temas que escoge y en el hecho de que, tanto en el
marco internacional como el suyo nacional, este medio marca las agendas de los
temas de otros medios de comunicación (J.W. Dearing y E.M. Rogers, 1992).
En Francia, Jerome Strazzula (1993) explica
que hasta enero de 1982 la prensa francesa no habla de la enfermedad. Le sigue
un período de emergencia de noticias, seguido de otro período en el que el sida
aparece de manera episódica, y que el autor atribuye a la disputa
Montagnier-Gallo por la autoría del descubrimiento del virus causante del sida.
La disputa se resuelve, en mayo de 1983, con la publicación conjunta en Science.1 A partir del
descubrimiento del virus, el sida es la palabra escogida por los medios
franceses para designar a la enfermedad. Strazzula afirma que en octubre de
1983, toda Francia sabe que el sida es una epidemia mortal, de transmisión
sexual, debida a un virus, que afecta sobre todo a los homosexuales.
Los periódicos españoles seleccionados, en los
períodos analizados, han incluido artículos o información procedente de NYT:
· El País: 10/10/1984, en sociedad, «Investigadores de EE.UU. creen posible que
el virus causante del sida se transmita a través de la saliva». El 27/11/1985,
en Futuro, «La conexión africana del sida».
Dentro del período entre 1981 y 1986, los
tres periódicos publicaron más noticias en 1985, año en que algunos autores
coinciden en que la sociedad toma consciencia de la enfermedad como problema
social o «no marginal» (muerte de Rock Hudson). Dearing y Rogers (1992)
comentan que este incremento de noticias no fue sólo debido a Rock Hudson, ya
que en esos mismos días un estudio de la Universidad de Stanford alertaba del
crecimiento exponencial de la epidemia del sida. El periódico NYT titulaba uno de sus artículos como
«Ola de ansiedad heterosexual en la ciudad de Nueva York» y surgían los
primeros casos de niños nacidos con anticuerpos del HIV.
Los temas que llamaron más la atención de los
medios fueron, en este primer momento, los relacionados con la etiología de la
enfermedad y su propagación, sobre todo en los llamados por entonces grupos de riesgo, también conocidos como
las cuatro H, es decir, hemofílicos,
heroinómanos, haitianos y homosexuales. En NYT
fue también noticia la conveniencia o no de realizar tests diagnósticos a
la población de riesgo.
En los tres periódicos analizados, en un primer
momento llama la atención de los titulares la etiología de la enfermedad y su
propagación, siempre acompañada de abundantes datos epidemiológicos. Son las
etapas que Rogers, Dearing y Chang (1991) han caracterizado como era inicial del sida y, a partir de
1983, era de la ciencia. Más tarde en
los tres medios estudiados emergen distintas reacciones sociales, es decir,
siguiendo a los autores mencionados anteriormente, entraríamos en la era humana del sida en los medios que
éstos sitúan precisamente en 1985 y que abre paso a la era política que se caracteriza por una reacción social creciente
que hace entrar en escena a las instituciones sanitarias y políticas.
NYT es el medio que contiene mayor información no exclusivamente
institucional o científica, sino perteneciente a otros grupos sociales
(homosexuales, profesionales, etc.). En la prensa española analizada, y en los
períodos seleccionados, la mayor parte de la información que se refleja en las
noticias se hace eco de manifestaciones que provienen del ámbito científico o
del institucional. La reacción social todavía no alcaza los niveles de atención
que recoge la prensa estadounidense sobre todo por parte de representantes de
las asociaciones de homosexuales. Dearing y Rogers (1992) comentan que las
asociaciones sin ánimo de lucro integradas por voluntarios, algunos de ellos
gays, ejercieron un papel primordial en la toma de consciencia del sida. Estos
mismos autores afirman que, entre 1984 y 1985, las tres mayores asociaciones
aportaban más de 80 000 horas de dedicación a los afectados de sida,
respondieron a más de 30 000 llamadas telefónicas y distribuyeron más de 250
000 unidades de información escrita.
Evolución
cronológica
Para el análisis de la evolución se han
efectuado catas de un mes (concretamente del mes de octubre) en cada uno de los
periódicos analizados, separadas entre sí por intervalos de tres años. En el
caso del diario NYT hay que aclarar
que los textos no corresponden estrictamente al total publicado en el
periódico, sino a una selección extensa que ha realizado el propio NYT, accesible electrónicamente.
Una primera conclusión es que, una vez
superados los «retrasos» iniciales, el sida se ha establecido como tema
«noticiable» en toda la historia de esta enfermedad.
En todos los intervalos, los temas cubiertos
con más frecuencia por la prensa son los que hacen referencia al progreso de la
enfermedad y su propagación. No obstante, un examen más detallado de los
contenidos temáticos más destacados nos permite establecer una cierta evolución
en los centros de interés de la información según una u otra época.
·
Así, nuestra investigación revela que aunque
en 1983 se habla del sida en los «grupos de riesgo», a partir de 1986 se
extiende la idea de que se asiste a una enfermedad que puede afectar a toda la
sociedad. Es ese un primer período de confusión y en el que el interés principal
es la búsqueda de la etiología y las explicaciones acerca del mecanismo de
acción del virus.
·
A partir de 1989 se observa un menor interés
por la etiología del virus y una mayor participación social e institucional. Ya
no se habla tanto de «grupos de riesgo», y más de «actuación de riesgo». La
educación, los hábitos sexuales y las campañas preventivas se perciben como
necesarias. La sociedad se implica en actos de solidaridad (adopciones) y las
instituciones reaccionan a la presión social (jeringuillas). La información
meramente científica deja paso a la social, primero a través de diversos
sectores de la población y más tarde a través de las instituciones. Aumenta el
interés por los tratamientos y las posibles vacunas. Llegan los primeros temas relacionados
con el sida a los juzgados.
En
nuestro país, han habido dos focos temáticos de especial interés: por un lado,
la expansión de la enfermedad entre heterosexuales, mujeres, niños y
adolescentes y, por el otro, la expansión del sida entre drogadictos, presos y
prostitutas.
·
A partir de 1992, el tema de la
discriminación social y la confidencialidad adquieren mayor protagonismo (niños
en la escuela), así como la relación de personajes famosos (actores o
deportistas) con la enfermedad. La terapia combinada aumenta considerablemente
la esperanza de vida en el primer mundo, aunque se percibe una sensación de
«bajar la guardia» al aumentar el número de casos entre homosexuales y mujeres,
posiblemente por falta de prevención. En octubre de 1992, El País coincide con NYT en
la publicación de un extraño caso de seropositivos que no han desarrollado la
enfermedad y que se relaciona con la posibilidad de disponer de vacunas.
·
A partir de 1998 y hasta la actualidad, el
debate principal se desplaza hacia el desequilibrio norte-sur, en la
desigualdad de oportunidades que tienen las capas más frágiles del entramado
social. Así, mientras que en los países ricos la situación se presenta como
bajo un cierto control (y, en todo caso, uno de los grandes problemas es que esa
situación de control puede llevar a la relajación en la prevención), la
situación en los países en vías de desarrollo presenta un aspecto totalmente
opuesto. Podría decirse que se trata de una etapa solidaria. Es en este último intervalo de tiempo en el que hay
mayor coincidencia de información entre La
Vanguardia y El País.
Etapas
de la enfermedad. Diversos autores han
dividido la historia natural del sida en diferentes períodos. Dearing, Rogers y
Chang (1991) han calificado los primeros años (1981-1983) como de era inicial del sida, le sigue, a partir
de 1983, la era científica con los
primeros indicios de que el sida amenaza también a los heterosexuales y se
confirma la etiología vírica de la enfermedad. A partir de 1985 es cuando se
averigua la seropositividad de Rock Hudson y se entra en la era humana, y finalmente, a partir de
1987, estos autores afirman que entramos en era
política caracterizada por una reacción social creciente ante la
conflictividad de los temas.
Nos permitimos sugerir una nueva etapa para
caracterizar la situación del sida en la actualidad, la era de la llamada a la solidaridad, en la que la reacción social se
centra en el tema de la discriminación norte-sur y la distribución de los
recursos disponibles.
Distintos
enfoques. En general, hemos encontrado poca
coincidencia de noticias entre El País y La Vanguardia, y cuando han coincidido,
sus enfoques acerca de lo sucedido han diferido. Aunque hay una tendencia a
resaltar lo negativo y sensacional de la epidemia, también se ha de destacar
que se han cubierto profusamente diversas manifestaciones sociales de
solidaridad y ayuda desinteresada, así como aspectos relativos al progreso
científico y médico. A propósito del sida se han podido conocer aspectos
oscuros, a menudo escondidos, de nuestra sociedad: situación en las prisiones,
la prostitución, el elevado índice de drogadicción, etc. De igual modo, a
propósito del sida, el sexo ha sido tema de debate e interés, aunque
sorprendentemente no lo ha sido tanto la homosexualidad, la cual ha sido más
bien puesta en evidencia desde prejuicios religiosos o culturales.
El
impacto de las Conferencias Mundiales sobre el Sida
Se han analizado las noticias derivadas de la
Conferencia de 1998 en Ginebra y la del 2000 en Durban, cuyos lemas fueron
respectivamente, «Break the silence»
y «Bridging the gap». El objetivo de
nuestro análisis era comprobar el grado de correlación entre el lema dado a la
conferencia y su representación en los medios de comunicación. También nos
interesaba analizar cuáles eran los principales mensajes y fuentes de
información.
En general, en ambas conferencias se ha
podido comprobar una relativa coincidencia entre el lema de la conferencia y el
foco de la atención en la prensa. Un texto de El País critica, sin embargo, la reiteración «machacona» del lema de la conferencia por la organización en el
acto de apertura de la misma.
En concreto, el centro de la temática en
estas dos conferencias fue, en 1998, un crecimiento acelerado de la enfermedad
en el tercer mundo en contraposición al «control» de la misma en el primer
mundo. La llamada a la participación mundial para paliar esa diferencia y, en
concreto, para manejar el elevado coste de los fármacos en países sin
posibilidades, constituye un tema emergente de la Conferencia de Ginebra. La
distancia norte-sur se manifiesta todavía más en la Conferencia de Durban,
mientras que la polémica originada por las declaraciones del presidente
sudafricano queda relegada finalmente a un segundo plano.
El análisis de las fuentes de información
revela un hecho de enorme interés. Aunque se trata de un encuentro mundial e
incluso aunque el lema en ambas conferencias pone de relieve las diferencias
entre norte y sur, la proporción de fuentes de información representantes del «Primer
mundo» es constantemente muy superior a la correspondiente a los países menos
favorecidos. En el caso de Durban hay un significativo aumento de las fuentes
de información procedentes del continente africano, pero en caso alguno igualan
a las fuentes procedentes de Estados Unidos o Europa. Comparando los diarios La Vanguardia y El País, se ha visto que mientras en el primero la información
procede de agencias internacionales (es decir, básicamente anglosajonas), en el
caso de El País, hay una mayor diversidad,
gracias a que el periódico envió corresponsales a cubrir las conferencias.
Los
suplementos especializados
Durante los últimos 20 años, la información
que ha emitido la prensa respecto al HIV/sida no sólo ha llegado a través de
las páginas interiores de los diarios, sino que también ha ocupado espacios
destacados en los suplementos especializados en ciencia o en salud.
En el caso de España, el suplemento
especializado de La Vanguardia cubrió
la primera época de la información sobre el sida. Por su parte, el suplemento
Salud del diario El Mundo ha seguido
la evolución de esta enfermedad desde las primeras fechas de su publicación (en
octubre de 1989) hasta nuestros días.
En los cuatro suplementos de El Mundo del mes de octubre de 1992, hay
nueve noticias sobre sida, mientras que en las páginas interiores del diario se
publicaron un total de 28 noticias, un 29 % de las cuales en la sección de
sociedad, otro 25 % en cultura, y el resto en las secciones de deportes,
opinión y portada. El Mundo, en sus
páginas interiores, coincide con La Vanguardia y El País en su interés por las declaraciones de Madona, la muerte
del actor Denholm Elliot o la decisión de Magic Johnson. Precisamente, esta
última noticia es aprovechada como gancho para introducir un extenso reportaje
titulado «Inmunodeficiencia» en el suplemento.
No hemos observado diferencias en cuanto a la
extensión de las unidades de información. Noticias breves relacionadas con el
sida pueden hallarse tanto dentro como fuera del suplemento y, en el diario
generalista puede darse una noticia extensa con fotografía. Las diferencias
principales estriban en el contenido y su procedencia. El diario general
atiende más a la actualidad del acontecimiento y el suplemento da mayor
contenido médico (tratamientos, vacunas, tests) o científico (muchas veces
procedente de revistas especializadas o expertos). También en el suplemento se
aprecia una mayor utilización de recursos de tipo divulgativo o explicativo.
Resulta interesante comprobar cómo una misma
noticia es presentada de forma diferente tanto por el suplemento en comparación
con las páginas interiores del diario, como si se comparan los distintos
diarios entre sí. Así, por ejemplo, el retorno de Magic Johnson dio lugar a
ocho textos en El Mundo. Al compararlo
con los otros diarios del estudio vemos que El
Mundo, entre otras informaciones, menciona la disparidad de opiniones entre
los médicos acerca de su decisión de volver a jugar y la posibilidad de
contagio por accidente. La Vanguardia, por
su parte, destacaba cómo se habría infectado Magic, mientras que El País acentuó el carácter esperanzador
que el retorno de Magic puede tener entre otros seropositivos.
Situación
actual
De los datos procedentes del Informe Quiral del año 2001 (VV.AA.,
2002), sabemos que se ha publicado un total de 313 artículos sobre el sida, en
los cinco periódicos de máxima difusión en España (ABC, El Mundo, El País, El Periódico y La Vanguardia).
Los temas que han suscitado mayor interés
están relacionados con el Tercer Mundo (África y China, principalmente). Por un
lado, el aumento de la expansión de la epidemia en los países pobres mientras
que, por otro, se destaca las pocas posibilidades de estos países para afrontar
el coste de los tratamientos anti-HIV. También ha sido noticia destacada la
alta incidencia de HIV entre las mujeres españolas, la más alta de los países
europeos.
Por otra parte, el análisis de los últimos cinco
años (1997-2001) muestra un dato difícil de interpretar. El número de textos
relativos a HIV/sida, publicados en los cinco diarios que forman parte de la
muestra del Informe Quiral, a pesar
de que siempre es elevado en comparación con otros temas médicos, ha ido
reduciéndose en los últimos años. Esta tendencia también se ha observado en
otros países. Las interpretaciones posibles a esta «cierta pérdida de interés»
pueden ser múltiples, por lo que no quisiéramos especular al respecto. Es
evidente que el paso del tiempo y estudios posteriores nos mostrarán cuáles son
las causas de esta observación.
Conclusiones
Algunos autores, Miller y Williams (1993) entre
ellos, indican que los medios desempeñan un papel ambivalente: por un lado, se
hacen portavoces de la Administración y otros agentes sociales, y por otro,
aprovechan el sensacionalismo que el sida les proporciona para captar la
atención de sus lectores. No es menos cierto que algunos científicos y expertos
ven también en los medios de comunicación un camino para afianzar su prestigio
y para ejercer presión sobre determinadas instituciones. Por último, para las
grandes audiencias, la prensa supone su principal fuente de información sobre
el sida, reproducen su lenguaje y mimetizan sus contenidos, y, siguiendo a
Kitzinger (1993), las audiencias son participantes activas en la construcción
del significado. La producción de noticias incluye creencias sobre quién tiene
el derecho a hablar, cuáles son las instituciones clave en el debate y cuáles
los comportamientos considerados «aceptables» (G. Philo, 1993).
El presente estudio ha ayudado a conocer mejor cuál
es la representación del HIV/sida que ha llegado a la sociedad española y
catalana durante toda la historia de la enfermedad (1981-2001). La comparación
entre los diarios analizados (autonómicos, españoles e internacionales) ha
permitido evidenciar las influencias de los distintos patrones culturales y de
las propias estructuras organizativas de los diarios en la información
proporcionada en cada caso.
A los períodos descritos anteriormente por Dearing y
Rogers (eras inicial, científica, humana y política) que permiten diferenciar
algunas etapas claras en los centros de interés y preocupación en estos 20
años, hemos sugerido añadir la denominada era
de la llamada a la solidaridad,
para definir la situación actual.
Se ha comprobado así mismo, la predominancia de
determinadas fuentes de información y de determinados mensajes. Se ha visto que
algunas diferencias observadas en la información de la prensa pueden ser
debidas al propio funcionamiento del equipo que está detrás de ellas. Esta
observación es particularmente evidente en el caso de la información
suplemento/páginas interiores, o en el caso de la posibilidad de enviar o no a
un corresponsal a una conferencia mundial y las repercusiones de esta decisión.
Finalmente, queda por explicar la tendencia
observada en los últimos años hacia una reducción en la información sobre
HIV/sida en las páginas de la prensa, siendo ésta una observación que también
se ha producido en otros países.
Notas
[1] En Science
(1983; vol. 220) del 20-5-1983, se
encuentran los tres artículos siguientes:
F. Barré-Sinoussi et al. (del equipo de L. Montagnier): «Isolation of a
T-Lymphotropic Retrovirus from a patient at Risk for Acquired Immune Deficiency
Syndrome (AIDS)», Science 1983; 220:
868-871.
R.C.
Gallo et al.: «Isolation of Human T-Cell
Leukemia Virus in Acquired Immune Deficiency Syndrome (AIDS)», Science 1983; 220: 865-867.
M.
Essex et al. (con D.P. Francis del
CDC de Atlanta): «Antibodies to Cell Membrana Antigens Associated with Human
T-Cell Leukemia Virus in Patients with AIDS», Science 1983; 220: 859-862.
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VV.AA.: Informe
Quiral 2001: Medicina, Comunicación y Sociedad, Rubes Editorial,
Observatori de la Comunicació Científica, Barcelona, 2002.
Licenciada en Medicina. Master en Comunicación Científica. Subdirectora del Observatorio de la Comunicación Científica de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y coordinadora académica del Máster en Comunicación Científica de la misma universidad. Investigadora del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM). Subdirectora de la revista Quark. Codirectora del Informe Quiral (medicina y salud en la prensa diaria). Miembro de la European Network of Science Communication Teachers. Miembro de la Comisión Técnica de «Ciencia e Técnica nos Medios de Comunicación en Galicia», del Consello de Cultura Galega.
Licenciada en Biología y en Filosofía por la Universidad de Barcelona (UB). Posgraduada en Farmacología y Posgraduada en Bioética y Calidad de Vida por la UB. Master en Comunicación Científica. Doctoranda del programa interuniversitario UAB-UB de Historia de las Ciencias. Actualmente colabora como investigadora en el Observatorio de la Comunicación Científica de la UPF.